domingo, 21 de octubre de 2012

El Capricho de Gaudí en Comillas

Una visita a Comillas, es más, a Cantabria, sin conocer El Capricho, del arquitecto modernista Antonio Gaudí, me atrevería a decir que no está completa. Hasta hace poco solo se podía visitar por fuera, pero ahora se puede entrar en la casa y deambular libremente por sus dependencias. Es verdad que hay que pagar cinco euros, pero merece la pena. En los últimos tiempos habían intentado explotar un negocio de hostelería en él -hay que decir que es de propiedad privada-, pero, con buen criterio, desde el punto de vista del que escribe esto, es mucho mejor permitir la visita a los muchísimos viajeros que llegan a la villa de Comillas. 
Ha mejorado incluso las vistas del exterior, sobre todo de las escaleras del jardín, al quitar las mesas de la terraza; pero también el rincón donde se halla la estatua del arquitecto contemplando su obra, y la cueva que hay un poco más arriba.
Ya en su interior, merece la pena sentarnos unos minutos a ver el vídeo informativo, ya que encontraremos más sentido a las dependencias que recorramos a continuación. Tal vez lo más bonito sean los pequeños miradores-bancos hechos con hierro forjado (Gaudí era hijo de herrero). He estado allí hace unas semanas, ya fuera de temporada, por la tarde y me he dado el gusto de leer un ratito sentado en uno de ellos. A parte de estos placeres, los ángulos y perspectivas que se ven desde dentro, desde estos balcones y desde las terrazas que hay en todas las fachadas, son singulares.
Hay que decir que por dentro la mayoría de las dependencias están desnudas -bueno, hay algo de mobiliario pero destinado a reuniones de negocios porque el edificio sigue ofreciéndose para esos menesteres-, aunque hay algunos detalles que no nos podemos perder: chimeneas, vidrieras, los artesonados o el techo del invernadero, los propios azulejos, todos casi iguales, con el motivo del girasol...; Gaudí era un apasionado de las artes decorativas. Este motivo, el del girasol, no es baladí. Parece que el diseño del edificio y sus habitaciones se planteó pensando en las actividades de sus inquilinos para que en cada momento recibiesen la luz del sol, como el girasol.



































Playa de Merón (San Vicente de la Barquera)

San Vicente de la Barquera es tal vez el pueblo de Cantabria con unas de las playas más atractivas de la región por su ubicación, limpieza y servicios. Y hay que decir que no solo en el verano, sino también durante buena parte del año, pues especialmente en el otoño, sobre todo los fines de semana, están ocupadas por multitud de surfistas de muchísimas nacionalidades que buscan olas para practicar este deporte.
Tiene el atractivo de la proximidad del puerto y de la propia localidad por lo cual, además del baño, de tomar el sol o la práctica de juegos playeros, ofrece al inquieto bañista la posibilidad de largos paseos hasta la vecina playa de Gerra, -juntas las dos, sin saber hasta dónde acaba una y comienza la otra. Con marea baja, desde la barra del puerto hasta el cabo de Oyambre, se puede tardar a buen paso una hora larga; esto si no nos entretenemos con la multitud de atractivos que se nos pueden presentar en su recorrido. Y a aquellos que siempre llevan la cámara de fotos consigo, recomiendo unas panorámicas desde el pequeño paseo o espigón del puerto, el que está próximo a la playa: desde aquí se ven unas estampas marineras de San Vicente con los Picos de Europa de fondo, sobre todo si éstos están nevados, que son impresionantes.
Como en otras muchas playas de Cantabria, hay una zona de dunas, cercanas al camping, y allí mismo, un pinar que para ciertos días de calor no viene mal a la hora de comer y de echarse tal vez una siestecilla.
En la zona más próxima a San Vicente, hay varios restaurantes, un supermercado y una escuela de surf. De éstas, si queremos practicar este deporte, tenemos multitud por toda la costa, desde Comillas hasta San vicente.
Dejo algunas noticias relativas a esta playa:
-Replantación de especies dunares, noticia en el Diario Montañés
-Esta playa tiene la "Q" de calidad. Noticia en el Diario


A partir de septiembre comienza la recolección de la oca, un alga que otra vez se vuelve a recoger por el elevado precio que alcanza.